
La burla de Bukele al FMI
Nayib Bukele, presidente de El Salvador, está violando el acuerdo con el FMI al insistir en que su gobierno continuará comprando Bitcoin. Esta decisión desafía directamente las condiciones establecidas por el Fondo Monetario Internacional en el reciente acuerdo de financiación de $1,400 millones.
El acuerdo del FMI, aprobado el 26 de febrero de 2025, incluye una cláusula específica que prohíbe “la acumulación voluntaria de BTC por parte del sector público de El Salvador”. Además, el memorando técnico de entendimiento solicita la restricción de la emisión de cualquier tipo de deuda o instrumento tokenizado relacionado con Bitcoin.
Adicionalmente, el acuerdo solicita:
- La restricción de la emisión por parte del sector público de “cualquier tipo de deuda o instrumento tokenizado que esté indexado o denominado en Bitcoin e implique un pasivo para el sector público”.
- Que el gobierno salvadoreño presente una declaración confirmando todos los monederos donde El Salvador atesora criptomonedas y haga públicos sus montos totales.
- La liquidación del Fidebitcoin, un fondo de reservas creado con 150 millones de dólares para respaldar el cambio de Bitcoin a dólares.
Estas medidas buscan mitigar los riesgos asociados con Bitcoin y limitar la exposición del sector público salvadoreño a la volatilidad de las criptomonedas.

A pesar de todo esto y violando los acuerdos, Bukele ha declarado públicamente que El Salvador seguirá comprando Bitcoin, lo que entra en conflicto directo con los términos del acuerdo. Esta postura desafiante plantea serias dudas sobre la viabilidad del acuerdo y la imagen de El Salvador como un país serio y estable en el escenario financiero internacional.
La decisión de Bukele de continuar con las compras de Bitcoin a pesar de las prohibiciones del FMI podría tener consecuencias significativas:
- Poner en riesgo el desembolso de los fondos acordados.
- Dificultar el acceso a financiamiento adicional de otras instituciones multilaterales.
- Afectar negativamente la credibilidad del país en los mercados internacionales.
Esta situación crea una tensión evidente entre las ambiciones criptoeconómicas de Bukele y las obligaciones financieras internacionales de El Salvador, lo que podría complicar aún más la ya delicada situación económica del país.