Bukele y su divorcio con la transparencia.
Nayib Bukele, el actual presidente de El Salvador, ha estado en el centro de la controversia debido a su manejo de la transparencia y la rendición de cuentas durante su mandato. Este gobierno se ha caracterizado por esconder todo lo relacionado a su gestión pública.
A continuación, exploraremos algunos aspectos claves relacionados con la falta de transparencia en su gobierno:
Bukele ignoró peticiones del FMI:
El Gobierno de Bukele ha ignorado las recomendaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), lo que ha dificultado llegar a un acuerdo con esta institución. El FMI ha planteado puntos como la consolidación fiscal, reformas para impulsar la productividad y la necesidad de abordar los riesgos del Bitcoin.
La consolidación fiscal incluye la necesidad de delinear un plan de mediano plazo para restaurar el cumplimiento de la Ley de Responsabilidad Fiscal, que la administración Bukele no ha implementado desde la pandemia. Esta ley limitaba el gasto público para no superar el 14% del PIB, pero en 2023, los gastos de consumo alcanzaron el 22.6%. A nivel centroamericano, El Salvador es el país más endeudado y con el menor crecimiento económico en comparación de los países vecinos.
Préstamo internacional y falta de transparencia:
Bukele promovió un polémico préstamo de US$109 millones para fortalecer las fuerzas policiales y militares en El Salvador. Aunque inicialmente contaba con apoyo político, surgieron dudas sobre cómo se manejarían los recursos.
La falta de transparencia se evidenció cuando el gobierno presionó a la Asamblea Legislativa para aprobar el préstamo. El presidente incluso convocó a la población a acogerse al artículo 87 de la Constitución, que reconoce el derecho a la insurrección para restablecer el orden constitucional.
Gastos públicos reservados:
Desde que asumió la presidencia, Bukele decidió que muchos de los gastos públicos fueran de carácter reservado, lo que dificulta conocer cómo se utilizan los fondos públicos en el país.
En resumen, la falta de transparencia en la administración de Bukele ha generado controversias y tensiones en El Salvador, afectando la percepción pública y la confianza en el gobierno.